lunes, 23 de mayo de 2011
Amigos, barcos, amigos...
Si navegar es una pasión de difícil continencia, hacerlo con los que una quiere es la guinda del pastel...
Da igual si el viento no es el mejor o si el día no amanece óptimo; casi da igual que esa jornada no aparezcan los delfines e incluso es lo mismo ir hacia un lado o hacia otro. Navegar con personas a las que uno quiere; compartir la superficie caprichosa del Gran Azul, dejarse mecer por el viento, organizar el izado, pasarse la rueda, ver la sonrisa de los míos, es delicioso...
Este domingo faltaban muchos a bordo del Tortuga y tal vez habría soñado mi barco con una gran eslora, para poder compartir la jornada con todos los que amo...
Habría llevado a mi padre, a la popa con sus cañas atuneras; a mi madre a estribor con su caña cazadora de sepias,a mi hermano y toda su tropa de princesas y piratas, a Pablo, incordiando con algún invento para optimizar mi sistema electrónico, a Alex haciendo esquí acuático, a Jesús con la manivela del winche ojo avizor para un trimado milimétrico, a Charo recordándonos las ventajas de un buen orden a bordo, a Chitina, devorando el horizonte con la mirada, a Carlos planificando cómo llegar antes a ninguna parte, a Arturo, dándonos terapeúticos masajes en las doloridas espaldas, a mi abuela rezando al Niño del Santo Remedio por si acaso; a mi abuelo y sus libros y a muchos de los que pasaron por mi vida para que yo aprendiese a navegar en ella...
Pero sobretodo ...faltabas tú. Tú que compartes esta pasión, tú que siempre estás presente, tú que eres un ser bueno, lleno de Luz...
Faltabas ...TU
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