"Aquel que no puede aullar, no podrá encontrar su manada." (Charles Simic)

miércoles, 24 de febrero de 2010

A la rueda...


Esta noche voy a la rueda, como llamamos los que navegamos, al timón de nuestro barco...
Llevo alegre la rueda en este instante de vida que se me antoja como un barco...
Voy en ceñida; saboreando las emociones intensas, el viento de la felicidad , la sal de las sorpresas mientras luce el sol en mi interior en una noche cuajada de estrellas de plata.
Mi existencia nunca se caracterizó por ser lo que se dice, pacífica, pero lo cierto es que si bien no soy de las que claudican, una mal llamada serenidad se había instalado en mi vida, como si de algún modo hubiera acabado por reconocer que tenía que levantar el pie de algunos pedales.
De hecho, y siguiendo las exhaustivas indicaciones de mi cardiólogo, intentaba denodadamente tomarme las cosas , o tal vez, "algunas de las cosas" con más...tranquilidad, algo así como navegar a 14 nudos , noventa grados al viento y ...sosegada.
Pero lo que hay es lo que hay y en lo más profundo de mí misma, lo que adoro es...la ceñida.
Esta noche voy en "ceñida rabiosa"; el barco de mi vida está cogiendo velocidad y no me da la gana poner un rizo a la mayor porque no quiero asegurar nada...no hace falta...
Sujeto firme el timón y miro al frente, dejándome acariciar por ese huracán de felicidad que ha entrado en mi corazón, y que me despeina el alma, que borra las huellas de calmas voluntarias nacidas de los límites que una pone al dolor y me lanzo al Gran Azul de lo intenso, de las olas de ternura que me invaden porque sé, que la Vida, mágica, me está dando la mano y es cuando recuerdo el trozo de un poema:
"Tú eres el ser intenso
que profundo se delata
en mis palpitaciones.
Compañero de siempre y para siempre
Tú, el de verdad, no te has ido,
te has multiplicado sin pausa en mi interior"

martes, 23 de febrero de 2010

Un balcón al mar...


Desde mi refugio flotante, el Tortuga, me asomo al Gran Azul como en un balcón...
Los jueves han sido todo un ritual desde que mi barco llegó a mi vida y por la tarde, de vuelta ya del trabajo, preparo mi mochila con las cuatro cosas que retiro de él los domingos al atardecer.
El viernes, día mágico dónde los haya y como guinda del pastel de una semana laboral intensa, el Tortuga me espera en el pantalán , meciéndose mansamente bajo la luz del crepúsculo y cuando llego , siempre me invade una sensación de gozo, de aventura...
Me gusta estar en puerto los viernes por la noche, amarradita, mientras la humedad va resbalando por su cubierta formando perlas de agua y yo , al abrigo , saboreo un café en el pequeño salón mientras reviso rutas, releo algún libro de navegación o simplemente me pierdo en mis pensamientos al son de algún viejo bolero...
Cuando llega el sueño, me arrebujo en el camarote de popa y me mecen el rumor de los mástiles, el olor a sal, y el suave movimiento del Azul jugueteando con el casco de mi nido flotante...
Mi barco es un balcón al mar, un nido flotante rodeado de azul y un refugio perfecto para almas de agua...
Esta noche, tras un día mágico lleno de emociones y sonrisas; de pronto, sé que hay un nuevo balcón al mar en mi existencia, un nuevo refugio salado y azul desde donde podré contemplar el horizonte.
Un balcón al mar que compartiré con quién amo, como se comparten los pequeños sueños, las ilusiones, como se comparte el placer, el dolor, las risas y las lágrimas...como se comparte este instante de vida...
Mi cardiólogo diría que así no hay quién me ponga el corazón a ritmo; que cada día saboreo la intensidad de los momentos, de la vida y que claro, que así, no hay quién arregle este corazón desbocado por las emociones; pero yo, creo que le miraré con una sonrisa casi maliciosa en los ojos mientras la vida, mágica, me hace un guiño cómplice porque me ha regalado un nuevo sueño...

lunes, 22 de febrero de 2010

El retrovisor



El espejo retrovisor del coche es un elemento de seguridad y así lo afirman los manuales del buen conductor.

Esta noche, me siento cansada porque esta tarde, hemos hecho, montados en un coche invisible, un larguísimo viaje hacia episodios pasados, retrovisor en mano, mi hijo y yo ;y ahora, tras darle un beso y un abrazo de buenas noches, mirando sus ojos en los que la adolescencia de sus casi quince años empieza a despuntar, buscaba un destello que me confirmase que ha dejado de mirar ese espejo empañado por el tiempo...

Ha sido una tarde complicada y un largo camino el recorrido, ambos de la mano, por paisajes que nunca antes habíamos transitado y que a ambos nos han dejado una huella de lluvia en el alma...

A veces, mirar por el espejo retrovisor de la vida, debería estar prohibido cuando ello hace que reconstruyamos secuencias de dolor que gracias a la perfección de diseño de nuestras mentes, fragmentamos en minúsculas piezas de puzle que suele costar volver a montar. Así es nuestro cerebro: mantiene intacto lo bueno vivido y fragmenta lo malo para que cueste visualizarlo...

Montamos a veces las piezas de ese rompecabezas de dolor y para ello, ajustamos el dichoso espejo retrovisor, buscando el enfoque de lo que dejamos atrás...

Yo, ahora, sólo deseo con toda mi alma, que el espejo que ambos hemos sujetado esta tarde en las manos del corazón, se rompa en mil pedazos y que hoy, cerca ambos de episodios vividos y compartidos pero asimilados individualmente, miremos el inmenso cristal delantero de la vida y sigamos adelante porque sé que nos queda un trecho de camino a recorrer, porque sé que antes de lo que cada uno de nosotros ni siquiera imagina hoy, se abrirán sus alas poderosas y brillantes, alzará el vuelo, marcará su propio rumbo y yo...seguiré su estela en el aire...
Ese polluelo que duerme en la habitación contigua a la mía, ese lobezno al que aún le duelen las patas, tiernas para caminar en terrenos pedregosos, me ha mostrado hoy , de nuevo, que el Amor siempre trasciende y ahora, tras darle las buenas noches, me envuelve una emoción sin límites porque en su aullido, contrariado , distingo la firmeza y la valentía del hombre que se gesta en su interior...

Y soy, y me siento, una privilegiada...

Señas de identidad


Tengo la sensación de no pertenecer a ninguna parte, de no tener raíces...
Esta noche, mientras volvía despacio al lugar donde vivo, o quizas debiera decir, donde habito, estaba literalmente sumergida en la sensación de que iba a llegar a ninguna parte...
Me preguntaba, envuelta en la noche transitando por carreteras solitarias, dónde se quedaron mis raíces o si acaso las tuve...
Un transitar de vida por muchos sitios y un permanecer pero sin pertenecer...
Intento centrar en alguna parte de mi corazón la sensación que esta noche me embarga y resulta que no hay modo; que cuando estás frente a alguien que tiene raíces, rebuscas en el suelo de tu alma para encontrar las tuyas y te das cuenta, de pronto, por contraste, que eres algo así como una de esas semillas molinillo, algodonosas, que flotan al viento para depositarse en un suelo cualquiera...
Así va transcurriendo la existencia y así vas posándote ligera porque a veces es nuestro corazón quién cual transhumante, buscando un lugar dónde echar raíces, se posa en una tierra...
Y allí crecen tus ilusiones, tus sueños, tus hijos; y allí florecen tus amigos...
Cuando estás frente a alguien que tiene raíces; cuando un ser humano te muestra su entorno con ese brillo orgulloso en los ojos; cuando sus pies avanzan seguros acariciando acantilados o prados verde esmeralda; cuando descubres su niñez de montañas, chigres y valles , te das cuenta de lo importante que es ese sentido de la pertenencia a alguna parte y buscas dentro de tí misma, ese lugar posible al que puedas pertenecer tú...
Yo tengo raíces: son azules y líquidas y extienden sus dedos de agua acariciando algunas veces, como esta mañana , arenas doradas , donde han quedado reflejadas las siluetas de dos seres que buscaban , tal vez, en el horizonte, conjugar espacios...
Respiro aliviada mientras escribo en este cuaderno virtual porque sé que donde el Gran Azul, lama las orillas de esas tierras donde otros tienen raíces, yo, podré sentirme en casa, porque necesito , que como las algas que se arriman a las de arenas tostadas, mis raíces puedan mecerse , suavemente , en un baile con el Azul.
Fuego , tierra, agua...

miércoles, 17 de febrero de 2010

La mochila


No recuerdo dónde leí que cada uno de nosotros llega a esta vida, con una mochila vacía. Esta de la foto es muy parecida a la que me lleva acompañando a mí, en mis paseos aquí y allá.

Poquito a poco la vamos llenando de sensaciones, vivencias, experiencias, emociones de diferente peso, de distinto calibre...
Hay vidas cortas pero intensas y vidas largas pero de esas que pasan como de...puntillas, y me imagino que así serán las mochilas de sus porteadores.
Hay bolas de plomo, de poco tamaño pero mucho peso y paja existencial, de mucho volumen pero ligera de llevar...

Con el paso de los años, es como si la mochila que llevamos a la espalda fuese una especie de saco sin fondo donde todo cabe, pero obviamente el peso es cada vez mayor y nuestra espalda cada vez más frágil ,y llega un momento que nos sentamos al borde del camino y decidimos que no podemos más, que hemos dejado de ver el horizonte azul casi sin darnos cuenta, que bajo el peso enorme de nuestra mochila hemos ido bajando la cabeza, entrando los hombros , postura, ésta última que nos impide respirar, que amortigua el latido de nuestro corazón...

Se impone pues la apertura y ,con cuidado, como si de una enorme caja de Pandora se tratase, abrimos los cierres y metemos la mano casi a ciegas.

Dentro, laten ,con ese inperceptible latido de las cosas muertas las bolas de plomo del dolor viejas y polvorientas, mezcladas con flores marchitas de tiempos mejores, con el heno seco de algún que otro campo verde y vibrante de otros tiempos...
Canicas de cristal que antaño fueron lágrimas de emoción o de tristeza, revueltas con migajas de ternura, llaveros de puertas mágicas , cuyas llaves abrían sueños e ilusiones, como cintas de colores desgastadas por el tiempo y la ausencia, mezclados con monedas oxidadas por el tiempo con las que alguna vez compramos sucedáneos de felicidad...

Pero en ese revoltillo que se nos pega a las manos del alma, entre todo ese peso de la existencia, ésteril y gastado, hay semillas de ternura que milagrosamente han permanecido en hibernación, destellos de polvo de oro de sonrisas regaladas y recibidas , relojes de arena que detuvieron el tiempo, lunas de plata minúsculas como pequeñas chispitas que siguen reflejando luz y sueños incumplidos y en uno de los bolsillos, inperceptible casi al tacto, un trozo de seda dulce y suave como la esperanza...

Incluso es posible que algunos de los que trasitamos por los caminos, de pronto, sorprendidos por esa casualidad que no existe pero a la que tanto invocamos, nos quedemos mirando la mochila de otro, para descubrir que su apariencia es idéntica, del mismo color, de la misma textura y que la inclinación de espalda de su portador, delata pesos similares.

Tal vez, abriendo ambas, por ese extraño paralelismo que a veces la vida practica, encontremos contenidos muy similares, pero lo importante es saber vaciarlas a nuestros pies, y rescatando las lunas, el polvo de oro, los relojes detenidos y la seda de la esperanza, dejemos a un lado el resto, levantemos la cabeza y llenemos a tope nuestro saco existencial de ternura, por poner un ejemplo, que es ligera y frágil como el viento, pero una excelente compañía para seguir haciendo millas.

De ésta, mi cardiólogo me fulmina, porque a pesar de que me estoy "portando muy bien", también es cierto que mi existencia dista mucho de ser...tranquila...

domingo, 14 de febrero de 2010

San Valentín, el aullido y el ...tanatorio








Este escrito , asumo de entrada que va a resultar un tanto underground y lo cierto es que no sé cómo desarrollarlo según me siento frente al ordenador, pero imagino que como en el resto, irán surgiendo las palabras, fluyendo libres, sin que yo pueda...evitarlo...
Hoy es el día comercial del Amor y los escaparates se llenan de corazones rojos, de tartas de fresa en forma de corazón y de I love yous en papeles de celofán de rojo pasión...

Pero...a vuelta con...los lobos...

Hay lobos que hoy han decidido ir contracorriente y a pesar de tener la tarta y la botella de champagne en el frigorífico, han empezado el día con el ceño del alma fruncido por mala programación de esa carta de ajuste entre dos que se aman... Ambos son amigos míos; ella y él, y de algún modo mi mejor referencia en estos último tiempos de lo que estar enamorado...significa.
Lo cierto es que me han tenido de cabeza casi todo el día, pensando en ellos y en su desencuentro , porque ambos estaban tristes y porque yo andaba un tanto perdida, entre los argumentos telefónicos de ambos ya que esperaba su visita, visita que no se ha materializado...
Al final, esta tarde, como era de esperar, el diálogo se ha abierto camino entre ambos y hemos terminado a carcajadas una conversación telefónica : Yo, feliz por saberles bien de nuevo, y ellos, sorprendidos por lo que les he contado... Una historia de...lobos...

Hay lobos que en un día como hoy, deambulan por playas y campos desiertos, bajo cielos plomizos y fríos, con el alma en vilo pero la mirada de fuego destelleando en sus pupilas...
Recorren kilómetros , aspiran vida, mientras los escaparates se empeñan en recordarles que hoy es el día comercial de amor , un 14 de Febrero cualquiera, como si el Amor tuviese fechas o necesitase de ellas, como si todo hay que , de nuevo, institucionalizarlo, ordenarlo, celebrarlo y, por qué no decirlo...¡¡aborregarlo!!.Pobres corderos...

Esos lobos, en concreto UNO, no entienden de fechas, de tartas, ni de lugares...Es más, algo se le desmontó en el alma cuando recibió una tarta de cumpleaños hace ya muchos años,a ese lobo del que hablo...
Pero hoy, el día del amor comercializado, el Lobo ha comenzado a aullar... así, como si nada, tras una agonía de silencio...
Y se ha reconocido de nuevo, y ha llenado los pulmones de su corazón del aire gélido de este día que ha amanecido gris y frío y pateando el suelo de dolor por el reconocimiento de ese desierto árido y estepario por el que ha transitado, ha convertido su silencio en un aullido agridulce de dolor , risa y ternura.
Su grito ha llegado a mi alma, revuelta y desordenada tras unos días de intensas emociones...
Cuando me ha hecho partícipe, cuando me ha hecho llegar su fuerza, cuando me ha reconocido como alguien de su manada, me han temblado la vida, el alma y...los esquemas...

El, para celebrarlo, se ha ido a tomar una copa al lugar más cercano que había en su camino en ese momento: ¡¡El bar de un...tanatorio!!
Pero...¡Santo cielo! -le he dicho; y ha contestado algo que me ha dejado muda, con una tranquilidad propia de un ser como él: -Habrá...ambiente...
El aullido del Lobo de esta tarde, resuena como un eco en mi interior en esta noche mientras escribo. Las risas, las lágrimas, han dejado hueco a una paz y una serenidad casi infinitas.

El regalo del Lobo en este día de regalos de celofán y chispitas rojas ha sido tan dulce como la mejor de las ambrosías, tan grande como su alma, tan tierno como su paso deambulante,tan bello como el más elaborado de los cánticos.

En esta noche de San Quién Sea...soy FELIZ y jamás olvidaré este 14 de Febrero...

sábado, 13 de febrero de 2010

Lobos en la nieve...




Y de nuevo, a vueltas con los lobos...
Han sido unos días intensos en compañía de los que amo, disfrutando del desierto blanco y helado...
Me he deleitado viéndoles sonreir, escuchando su aullido feliz, mirándoles a los ojos, viéndoles juntos , zarpas al aire, libres, felices...
He visto como surgía la complicidad entre ellos; los gestos de los lobos...les delatan...
Me he bañado en miradas, silencios, sonrisas llenas de ternura...
Definitivamente, sin duda alguna, son LOBOS...
Y recuerdo de nuevo el enorme coste emocional que me ha supuesto esa lenta recuperación de mi naturaleza salvaje, esa que habitaba en mí; que perdí y que de la mano de la vida y de alguna que otra introspección personal, he ido recuperando poco a poco.
No hay otra... Este mundo está dividido entre lobos y...corderos...
Mientras los corderos pastan felices y ausentes, adocenados, amaestrados por esta cultura del bienestar que se impone, que se importa de otras fronteras , me pregunto que lleva a los lobos a seguir dejándose el lomo del alma en batallas no siempre ganadas aunque éstas no signifiquen guerras perdidas...
Me pregunto cómo , los lobos identifican de un modo mágico a otros lobos; se olisquean, arañan el suelo, se miran a los ojos, se perciben...
En un mundo lleno de corderos resulta un privilegio compartir con lobos instantes como los vividos ...
Viven en mí; en mi corazón siempre hay una cueva para ellos...
Mi cardiólogo diría que así tengo el corazón: alborotado, pero lo que él no sabe es que el abrazo del lobo es la mejor de las caricias, el aullido feliz el mejor de los conciertos y su mirada, llena de vida, de fuerza, el mejor de los regalos.

A mi cardiólogo seguramente le habrán engañado de niño con el cuento del lobo malo, del hombre lobo, o de la mujer loba devoradora de hombres. Tal vez lo que no sabe es que los corderos te dejan el alma llena de borra, de lana sucia, mientras que tras el paso del lobo, el olor fresco de la vida, estalla dentro de mí.

Al final, tarde lo que tarde en suceder, una se alegra de haber aprendido a aullar porque así, he encontrado , dispersos unos, esteparios otros, a los de mi manada.


No ha sido un camino fácil, pero hoy, desgranando emociones, soy absolutamente consciente de que ha merecido la pena aullar a la luna algunas veces, perderme otras por las estepas de la soledad, para acabar dejándome abrazar por los de...mi manada, para sentirme orgullosa de ellos, para beberme a sorbos su sonrisa , para admirar su lucha, su lealtad consigo mismos,su valor; sabiendo que jamás pertenecerán a ese rebaño de corderos que crece día a día, silenciadas sus almas, amaestrado su instinto...

jueves, 4 de febrero de 2010

El espejo del alma


Hay sonrisas, miradas, caras, que son el espejo del alma que habita en ellas...
Mañana tendré de nuevo frente a mí esa sonrisa, esa mirada ... la de mi hijo que tras la tormenta, navega en un mar de calma...
Si hay algo que añoro, es su sonrisa...
Almas como espejos, espejos del alma. Esa forma de entregarse a su pasión, esa forma de vivir cerca de sus montañas, esa lucha diaria por ganarle un segundo de velocidad a la pendiente helada y su forma de entregarse a la disciplina del equilibrio sobre dos tablas de alta tecnología, me dejan sin palabras...
Descenderemos juntos por los mares blancos de hielo y me azuzará para que baje más deprisa, criticando mis cigarrillos mientras yo, no podré evitar recordar a un chiquitín de ocho meses al que llevaba en mi mochila bajando por las pistas hace ya 23 años, mientras el se deshacía en sonoras carcajadas y yo me debatía , como madre, en la conveniencia o no de semejante actuación: la mía; llevando a mi hijo a cuestas para que disfrutase del sol y de la nieve, mientras llovían sobre mí, algunas miradas reprobatorias de madres escandalizadas por lo que para ellas significaba un despropósito.
Ahora, cuando le veo descender a una velocidad de vértigo con una sonrisa luminosa en la cara, cuando le miro mientras él enseña a los más pequeños bajo su chaqueta de demostrador por la que tanto ha luchado, sonrío y recuerdo a aquel pequeñajo que bajaba despacito en mi espalda, o con sus primeros esquíes entre los míos gritando que fuéramos más deprisa y sé que detrás de esa sonrisa de absoluto placer, se refleja en alma hermosa y...le admiro porque ha sabido elegir, por encima de todo y todos, lo que le hace...feliz...