"Aquel que no puede aullar, no podrá encontrar su manada." (Charles Simic)

domingo, 16 de octubre de 2011

Buceando...




"Se navega por los astros, por la mar,por la tierra, por las gentes, por los sentimientos...Se navega"

La frase que descubrí en un foro naútico cuando me inicié en esto de la navegación a vela, se convierte en una frase extensible...
Y del mismo modo que se navega así, también se bucea...Por el mar, por la tierra, por las gentes, por los sentimientos y yo añadiría...por los recuerdos...
La pasión por el buceo me viene ya de muy antiguo, tal vez otra herencia genética del viejo pescador,mi padre...
En estas últimas semanas en el Paraíso, el buceo ha formado parte de mi " rutina cotidiana" como si fuera una mujer pegada a unas gafas, un tubo y un par de aletas  y no existiese otra superficie más que la líquida...
Viendo las fotos pienso acerca de cómo buceamos a veces en nuestros recuerdos y creo que en algunos deberíamos hacerlo en apnea; es decir, sin tubo que nos suministre aire, más que nada para terminar antes y permanecer en según que mundos sumergidos un tiempo escaso...Otros recuerdos merecen aletas, gafas y tubo, para poder permanecer buceando en ellos hasta que sintamos la piel del corazón arrugada....
Ültimamente y desde hace ya una larga temporada, elijo cuidadosamente los buceos en los recuerdos, porque descubrí que hay inmersiones inquietantes que no me convienen nada en absoluto pero lo cierto es que a pesar de que una se cree que los borró el tiempo y la ausencia, como diría el maestro Serrat, el tren de los recuerdos es de...ida y vuelta...
Los recuerdos nos traicionan ; nos susurran al oído como sirenas maliciosas para que nademos en sus jardines de coral; así, al desnudo...

Los recuerdos nos ponen de señuelo peces de colores, para que nos acerquemos a ellos mientras los corales preparan sus aristas pétreas que cortan como el cristal más fino, dónde nada más acercarse, se deja una la piel del corazón...
Por eso, para bucear entre recuerdos, hay que protegerse y ceñirse el alma con un buen neopreno fabricado de prudencia, a prueba de aristas traicioneras porque a fin de cuentas, somos...lo que pensamos...
Y mejor en apnea, aguantando esa respiración del alma para que algo nos recuerde que el mundo de los recuerdos, permanece ahí, sumergido a profundidades a veces inimaginables, pero que no somos seres de abismos y que estamos hechos del mismo material que los sueños y por eso somos frágiles a determinadas profundidades...
Vivir en tiempo presente; volar como seres de luz, vencer al amor, porque solo hay una vida por vivir.
Y volar...acariciar el cielo y olvidar, inventar horizontes nuevos...


jueves, 13 de octubre de 2011

Maururu Roa, Polinesia



En esta mañana calurosa de Octubre, me resulta todavía muy difícil poder escribir acerca de lo vivido porque se agolpan en mi alma sensaciones, azules, olores y por encima de todo ello, el impacto aún no digerido de la brutal belleza del Paraíso...
Dice Serrat en una bella canción que "los recuerdos tienen un perfume frágil que les acompaña por toda la vida" y estos recuerdos míos, amontonados aún sin orden ni concierto huelen a Tiaré, la flor delicada del paraíso...
Saben a pescado macerado en limón y leche de coco y a sal marina de aguas turquesas, mezclada mágicamente con lágrimas de emoción no contenida ante tanta belleza. Me alborotan el alma como el viento del Pacífico por los estrechos pasos de entrada del arrecife a la Gran Laguna me alborotaba el pelo...


Mis recuerdos escuecen como los rasguños en las piernas que los jardines de coral me han regalado,por nadar absorta entre miles de peces amarillos, y todavía tienen el sabor seco de la adrenalina circulando por mis venas entre tiburones y docenas de mantas raya...












Mis recuerdos me tiñen los ojos de las infinitas gamas de azul de La Laguna, de las doradas puestas de sol en Huahine, teñidas de rosas y violetas...



Mis recuerdos almacenan el marfil de las blancas sonrisas de la gente del mercado de Raiatea y son negros, grises, verdes , azules, como las perlas de Tahiti, o de  colores brillantes como los tapices de Bora Bora...



Y estos recuerdos míos, me llenan el alma de verdes inmensos, con sabor a nuez de Tamanu, en los minúsculos "motus"



Y navegan mis recuerdos, dejándose llevar por el viento del Pacífico Sur hacia playas de arenas blancas en Tahaa, protegidas por el mágico arrecife con jardines de coral que parecen no pertenecer a este mundo nuestro...






Y de nuevo, mi mundo es azul, me sumerjo en el azul y mis sueños materializados son azules...como mis ganas de jugar...con mi más de medio siglo a cuestas, pero ...azul...


Y como sigue diciendo el maestro Serrat, "los recuerdos, cuando sólo queda la memoria pura, son el esqueleto sobre el que construimos todo lo que somos, aquello que fuimos y lo que quisimos y no pudo ser".

Por eso, hoy que estoy lejos del Paraíso, de vuelta a la realidad cotidiana que dista mucho de ser azul en estos últimos tiempos en los que todo parece estar bajo un cielo gris amenazante de incertidumbres , mis recuerdos son el esqueleto de lo vivido siempre en busca del Gran Azul...


Y de la mano, firme, de aquellos a los que...amo...



Maururu Roa, Polinesia; gracias mil. Permanecerás grabada para siempre en mi alma como un inmenso tatuaje maorí y tus azules permanecerán en mis recuerdos para siempre porque son lo que soy y lo que fui y lo que nunca pude ser...