"Aquel que no puede aullar, no podrá encontrar su manada." (Charles Simic)

jueves, 4 de febrero de 2010

El espejo del alma


Hay sonrisas, miradas, caras, que son el espejo del alma que habita en ellas...
Mañana tendré de nuevo frente a mí esa sonrisa, esa mirada ... la de mi hijo que tras la tormenta, navega en un mar de calma...
Si hay algo que añoro, es su sonrisa...
Almas como espejos, espejos del alma. Esa forma de entregarse a su pasión, esa forma de vivir cerca de sus montañas, esa lucha diaria por ganarle un segundo de velocidad a la pendiente helada y su forma de entregarse a la disciplina del equilibrio sobre dos tablas de alta tecnología, me dejan sin palabras...
Descenderemos juntos por los mares blancos de hielo y me azuzará para que baje más deprisa, criticando mis cigarrillos mientras yo, no podré evitar recordar a un chiquitín de ocho meses al que llevaba en mi mochila bajando por las pistas hace ya 23 años, mientras el se deshacía en sonoras carcajadas y yo me debatía , como madre, en la conveniencia o no de semejante actuación: la mía; llevando a mi hijo a cuestas para que disfrutase del sol y de la nieve, mientras llovían sobre mí, algunas miradas reprobatorias de madres escandalizadas por lo que para ellas significaba un despropósito.
Ahora, cuando le veo descender a una velocidad de vértigo con una sonrisa luminosa en la cara, cuando le miro mientras él enseña a los más pequeños bajo su chaqueta de demostrador por la que tanto ha luchado, sonrío y recuerdo a aquel pequeñajo que bajaba despacito en mi espalda, o con sus primeros esquíes entre los míos gritando que fuéramos más deprisa y sé que detrás de esa sonrisa de absoluto placer, se refleja en alma hermosa y...le admiro porque ha sabido elegir, por encima de todo y todos, lo que le hace...feliz...

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