"Aquel que no puede aullar, no podrá encontrar su manada." (Charles Simic)

viernes, 29 de enero de 2010

Corazones rotos


No entiendo lo que pasa...
De un tiempo a esta parte vivo rodeada de corazones rotos...
Es como si por una extraña razón, me los fuera topando por las esquinas de la vida...corazones rotos...
Tal vez en este momento vital por el que transito, sereno y apacible, la vida me lanza un nuevo desafío y de repente, me encuentro por los caminos, montones de corazones rotos...
La inmensa fragilidad de los corazones rotos me mueve el alma y me gustaría tener una varita mágica para poder hacer algo , para poder aliviar de algún modo esas heridas que veo en otros.
Corazones hechos añicos, ilusiones que estallan, sueños que se derrumban, lunas rotas...
Cada día me sumerjo más en los libros que analizan el comportamiento de los llamados seres humanos y cada día me hago más preguntas. ¿Qué está pasando?
¿Estamos viviendo una crisis global de identidad que nos arrastra a desiertos emocionales donde desfallecemos?
¿Qué ha sido de la empatía, de ponernos en el lugar del otro o de los otros?
¿Estamos perdiendo poco a poco nuestra innata capacidad de lucha? ¿de resistencia a la adversidad?
Este corazón desbocado mío se hace muchas preguntas... Mi cardiólogo diría que eso es sencillamente excelente; que mientras me pregunto, indago, y busco respuestas, me sereno y no pongo mi corazón en juego..., pero yo, que me siento en este momento inmersa en una especie de serenidad no forzada, fruto de un esfuerzo vital por darle a mi mundo el sentido que realmente tiene, me siento impotente cuando trato de entender...
Y de nuevo, miro a los ojos , frente a frente, al tan traído y llevado AMOR, así en mayúsculas, y siento que es la única energía sanadora, la que siempre...trasciende...
Sin ella, materializada de una u otra forma, ya que tiene la capacidad de adquirir un montón de formas y colores, cual camaleón del alma, este mundo seguirá llenándose de corazones rotos, mientras yo, en este recién descubierto pulso, reconstruyo el mío, pedacito a pedacito...
Y vuelvo a recordar a la poetisa rusa, a Rima Kazakova:
"Lo comprendo ahora con exactitud,
aprendiendo de luz y de sombras:
la adquisición de pérdidas
vale más que otras adquisiciones.
Se secó el huerto del verbo,
imposible sustituir la palabra de la audacia silenciosa:
perder y empezar de nuevo.
Como en antigua fábula, por anticipado,
entristece la sinceridad de la respuesta:
si vas a la derecha, cae el caballo,
a la izquierda, te metes no sé dónde.
Pero tú caminas bajo esa espada
caminas con el alma en tensión,
apaciguas el temblor, ahogas la mentira,
muy feliz con esa pérdida.
¡Ve, sacríficate y suda hasta el final!
que ya de nuevo, deseando ser ella misma,
liberándose de pérdidas
la vida viva...sonríe."

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