"Aquel que no puede aullar, no podrá encontrar su manada." (Charles Simic)

martes, 6 de septiembre de 2011

El gato que está, dormido y azul...



Me gusta callejear por el pequeño pueblo mediterráneo en el que vivo cuando llega el mes de Septiembre, ya que durante los meses de verano, procuro moverme lo mínimo porque este rincón levantino se convierte en el cuartel de vacaciones de una multitud y para los que vivimos aquí todo el año, el tema llega a hacerse insufrible, acostumbrados a la calma del resto del año.
Hay una pequeña tienda cerca del puerto, dónde siempre recalo, ya que tiene un menudeo de cosas naúticas, aparejos de pesca, cabos, que conviven armoniosamente con una sección de perfumería, mezclados los botes de laca para el pelo con los impermeables amarillos para el mal tiempo en el Gran Azul...
El escaparate, me encanta: una mezcla de pequeños barcos de madera, recuerdos para turistas, cebos, plantas,conchas,cañas de pescar, todo ello en un espacio diminuto que preside, con una excelencia indudable....Un gato.
El gato, uno de esos grises y blancos, no es una figurita de madera: es un gato de carne y hueso que pases a la hora que pases, dormita en el mismo lugar; pegadito a un velero...
Un pequeño toque en el cristal del escaparate y el gato en cuestión, que debe estar harto de que los que pasamos por ahí, rompamos su sueño, levanta la cabeza y te mira fijamente, como si musitara un"déjame en paz", para volver a su posición de gato en reposo...
Es un gato dormido...y azul...
Azul porque tal vez en su rinconcito, pegado al velero que siempre preside el escaparate, sueñe con largos viajes acariciado por el viento; azul porque tal vez bucea de vez en cuando en mares cristalinos tras el destello plateado de alguna que otra sardina; un gato que orienta su mirada felina en la noche bajo la luz de los pequeños faros tallados en madera; un gato que espera paciente el cascabeleo de la caña de pescar durante una noche cerrada que anuncia la picada de una presa; un gato que recoge conchas en playas de arena blanca y sedosa...un gato, dormido y azul...
Lo cierto es que no puedo evitarlo y a mí, el tema del gato en el escaparate, me enternece porque si los gatos sueñan, éste , sin duda alguna, tiene sueños azules, cabalga olas a lomos de su velero de madera y no puedo dejar de pensar que el gato y yo, tal vez, compartamos...sueños...

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