"El juego es apostar a ciegas...y la solución es perder. Perder una y otra vez. Perder hasta hacer de la pérdida un arte. Perder hasta perderlo todo. Perder hasta quizá...no haber perdido"(El arte de perder-Lola Beccaria)
Hace unas semanas llegó a mis manos, de casualidad, un libro mágico: "El arte de perder". Una inquietante historia de amor, teñida de obsesión y desesperanza...
Me lo leí de un tirón, sin apenas digerirlo y he tenido que retomarlo para poder asimilarlo... despacito.
Desde que estoy en esta nueva fase vital en la que mis niveles de adrenalina han empezado a reducirse gracias a mi cardiólogo y sus "píldoras milagrosas", estoy aprendiendo día a día a hacer de mi vida algo intenso en esta relentización forzada y forzosa a la que , de algún modo, me han sometido...
Lo curioso es que está empezando a gustarme y es sorprendente comprobar lo delicioso que es un día cualquiera, despacito...
"El arte de perder" es un libro que hay que saborear lentamente, pero cuando lo empecé mi vida no había cambiado de un modo tan radical como lo ha hecho ahora. Lo engullí literalmente, como engullía casi todo:deprisa...
Deprisa ... Tras las primeras páginas, detestaba profundamente al personaje masculino de la historia y había convertido al personaje femenino en una especie de heroína luchadora que persigue el amor imposible...
Craso error el mío; típico error de apreciación por el hecho de vivir y sentir todo deprisa...
Tras releerlo, he descubierto que el personaje masculino es casi digno de ternura y que ella, la sufriente enamorada, es sólo una mujer terca aferrada a un tipo que necesita seriamente de un psiquiatra cualificado.
Hay que ver cómo cambia el tema cuando una se para por un instante...
Y como una cosa lleva a la otra jajaja, al calor y la inquietud que me ha dejado el libro, no he podido evitar echar un vistazo a mis últimas relaciones sentimentales; pocas en mi opinión, pero un tanto convulsas...
Me pregunto ahora si ,además de dominar como domino el arte de perder, porque definitivamente es un arte, las cosas habrían sido de otra manera si en lugar de salir corriendo literalmente(esas prisas mías por alejarme de las situaciones raras o potencialmente dolorosas), me hubiera quedado quieta, así, despacito...
El resultado habría sido el mismo, pero en lugar de dejarme invadir en ocasiones por la tristeza de los desenlaces, tal vez habría dicho y hecho lo mismo pero...despacito...
El arte de perder; un libro que me ha hecho reflexionar muchísimo; lentamente, despacito, como todo lo que hago últimamente.
Ni siquera echo de menos mi "corazón desbocado". Era agotador...
Pues casi que relaja leerte...
ResponderEliminarA ver si lo leo que estoy necesitando un descanso mental.
me gusta leerte