Hoy puede ser un gran día

Ha amanecido el día gris y frío de nuevo. Ayer más de lo mismo y así llevamos desde el domigo. Se me está haciendo eterno este mal tiempo.

Una sorpresa a primera hora de la mañana y zas! el día se da la vuelta...

Bajaba corriendo como siempre la carretera del Cabo y de nuevo, en el coche, "el mantra" de Serrat a todo volumen :"Hoy puede ser un gran día, plantéatelo así, aprovecharlo o que paso de largo, depende en parte de ti"

¿De mí?, pues sí, de mí...

Por un instante, cuando dejo al peque en el cole me planteo que me da tiempo a acercarme al mirador y desde allí, perderme mirando el horizonte mientras me fumo un cigarrillo, ya el tercero de la mañana.

La brisa es húmeda y helada y los zapatos del traje están ya llenos de barro cuando llego a la barandilla de madera, pero me da absolutamente igual: quiero ver el horizonte.

Enciendo un cigarrillo y cierro los ojos evocando mares cristalinos, lobos marinos en paraísos perdidos, el Mirador en Galápagos, las gaviotas de patas azules, los azules ojos de Paula; la vida en azul en un día gris.

Releo una y otra vez el contenido de mi sorpresa, que son dos líneas de nada y un sabor agridulce me llega a la boca del corazón.

A veces, una sorpresa chiquitita te cambia el día...

Aprovecharlo o que pase de largo, depende en parte de ti, dice mi "mantra" en forma de canción y hoy, sonrío a la mañana gris evocando mis sueños azules...