"Aquel que no puede aullar, no podrá encontrar su manada." (Charles Simic)

domingo, 8 de enero de 2012

Vértigo...



Parece que la vuelta a la realidad de este mundo mío desde el Paraíso perdido de los jardines de coral de Huahine, no me ha sentado demasiado bien...
Al final, la cincuentena, las muchas horas de trabajo no siempre en una ergonómica posición de mi espalda frente a las pantallas , el peso de lo acarreado y por qué no decirlo, mis aficiones deportivas,  algunas de ellas de esfuerzo físico notable, han hecho que una de mis vértebras ande un poco al tun tun y eso me ha llevado a conocer por primera vez, el mareo y...el vértigo en su estado físico.
Cuando el suelo se inclina como si cayeses por un precipicio; cuando las paredes giran como si estuvieses en una noria de alta velocidad; cuando no sabes si estás sentada o de pie, experimentas el ...vértigo.
-"Vertigo a que el mundo se pare", dice la canción de Ismael Serrano...
Pues no: vértigo a que no deje de moverse a tu alrededor mientras intentas mantenerte en pie...
El vértigo está remitiendo poco a poco pero todavía tengo una sensación de indefensión física que me acompaña a cada movimiento por aquello de la famosa incertidumbre: ¿Me va a volver a poner el mundo al revés?.
El mundo...ya está del revés en estos últimos tiempos y la incertidumbre está entrando sin llamar a la puerta en muchos hogares de este país nuestro y en muchos corazones...la desesperanza...
He estado un par de meses sin escribir porque el malestar no daba demasiadas opciones y lo que al parecer no era recomendable era estar cerca de la pantalla, pero al final, recuperado el equilibrio, todo vuelve a su sitio y mi sensación de vértigo ha dejado de ser física, para convertirse en algo mucho más profundo, más de dentro, como si viendo lo que me rodea, una sensación de vacío lo envolviese todo y a todos.
Cuando el vértigo llega a la vida de una; cuando el oído y sus devaneos nos hacen perder las tres dimensiones, no queda más remedio que reinventarse...El mundo se vuelve caprichoso y oscilante y a veces se convierte en una enorme montaña rusa donde el suelo es el cielo y el cielo un abismo...Eso es el vértigo.
Toca reinventar la forma de agacharse, toca no mover demasiado la cabeza o cerrar los ojos cuando el mundo se pone a girar...
Ahora, tras la tregua navideña llena de sonrisas y buenos deseos, toca enfrentarse a un año que se me antoja hostil y lleno de desafíos, y todo ello, manteniendo el equilibrio por más que de algún modo, el "oído" de esta mal llamada sociedad del bienestar esté descompensado...
Reinventarse y reinventar una nueva forma de vivir, bajo la presión de las amenazas que llueven de todas partes...
Habrá que mantener la " cabeza en alto", no hacer "movimientos bruscos", ser " disciplinada con la medicación" ," aprender a agacharse evitando los desequilibrios" y por encima de todo, acabar aceptando que todo es circunstancial y que esta sociedad nuestra casi funciona como el oído, con sus perfectos engranajes que nos permiten mantener el equilibrio y la vida en tres dimensiones, pero mientras todos ellos funcionan...
Sólo espero, que la Estrella Polar, siga señalándome...el Norte


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