"Aquel que no puede aullar, no podrá encontrar su manada." (Charles Simic)

miércoles, 23 de diciembre de 2009

Assalamu Alaikum - Walaikum Salam-Buscando puerto de abrigo...



En estos días, he organizado las fotos y las emociones de mi último viaje que prometía ser una singladura naútica desde Sotogrande a Lanzarote a bordo del Check Mate, un velero americano de doce metros y que terminó siendo una de las muchas sorpresas que la vida nos tiene reservadas. Me río cuando me escucho en los vídeos, nada más arribar al puertito marroquí, diciendo cosas tales como:-si me llegan a decir que acabaría aquí, jamás lo habría creído.
Desde mi vuelta , hay muchas cosas que no se apartan de mi pensamiento pero tal vez todo se pueda resumir en la frase que encabeza este escrito: "La paz sea contigo" "Assalamu Alaikum "...

Es Navidad...
Los móviles se llenan de mensajes de buenos deseos, el "personal "parece que sonríe un poco más, las heridas viejas de la soledad dan la lata en algunos corazones y parece que se inician algunas treguas al calor de las lucecitas de las calles, de los escaparates...
Hace frío esta Navidad en el cabo en el que vivo, que está lluvioso y batido por el viento y la chimenea arde día y noche a pesar de la calefacción, porque me siento a menudo a mirar las llamas; ensimismada, en paz.
Una y otra vez rememoro mi llegada accidentada a Al-Jadida , envuelta en el sol de una mañana cálida y bulliciosa y recuerdo las primeras palabras que escuché de Ahmed, que vigilaba la entrada del velero con unos prismáticos descascarillados y enormes: -Assalamu Alaikum ,y mi respuesta instantánea:- Walaikum Salam, esbozando una sonrisa de alivio cuando le lancé los cabos de amarre...
Como por arte de magia, mis pequeños conocimientos de árabe, se ordenaban en mi mente intentando decir algo coherente mientras la sonrisa luminosa y azul del viejo tuareg me dió a continuación los buenos días en un perfecto francés...
Mis pequeños conocimientos de árabe...uffff... Si el viejo tuareg supiese ... producto de un juego de escritos, de poemas, de sentimientos que ya pertenecen al pasado inmediato...
Hasta Al-Jadida forma ya parte de mi pasado inmediato por más que esté vívido en mi corazón...
Ahora, mientras escribo en esta tarde que anticipa la Nochebuena, me pregunto cuántas emociones, cuánto de lo vivido, pemanecerá dentro de unos años tan vívido como ahora mismo lo siento. "Todo pasa y esto también pasará y la memoria lo despojará de detalles..." así empieza un poema de una autora rusa que siempre recuerdo...

"La melancolía es la alegría de la tristeza",dice Manuel Vicent, y esta tarde, melancólica donde las haya, estoy cerrando capítulos vividos en este año que termina, dejando mi diario vital en blanco, borrón y cuenta nueva, esperando que la Vida, mágica , me sorprenda en este año nuevo que en nada empezará a desgranarse lentamente.

Mi corazón, la brújula tuareg de los caballeros del desierto que llevo como amuleto y que casi reposa sobre él, harán el resto...
Y navegaré mares inciertos, como inciertos destinos nos marca a veces el Gran Azul, y me diluiré en emociones nuevas, y estrecharé nuevas manos, y soltaré viejos lazos de seda que todavía atan mi corazón, porque la Vida, irremediablemente, me empuja a una nueva singladura...porque estoy viva, porque siento, porque por encima de todo, creo, que...hasta soy feliz en esta coherencia de emociones y suspiros...
Que la paz sea con todos vosotros, con todos los que amo y me aman, con todos los que acuden a este pequeño rincón virtual, con los que conozco, con lo que no conozco...Walaikum Salam...

lunes, 14 de diciembre de 2009

La cajita de Khol


Me resulta difícil ponerme a escribir cuando todavía se agolpan las imágenes en mi retina y cuando a pesar de llevar ya todo un día en casa, al calor de los míos, me siento aún allí, en ese rincón del mundo al que llegué , de la mano mágica de la vida...

Fué la pasada semana, concretamente un inesperado jueves cuando el pequeño puerto de Al- Jadida, al Sur de Casablanca, me abrió sus brazos de mar y coral...

No puedo contar lo vivido en este momento porque todavía no he acabado de ordenar emociones, sentimientos, sensaciones. Por eso, sentada ahora frente al teclado, se agolpan las lágrimas en mis ojos , como se amontonan las emociones en mi corazón.

Hace un rato, como en un ritual nocturno, he abierto una pequeña cajita escrita en árabe que contiene un frasquito de Khol...
Me he puesto frente al espejo y he pintado con el pequeño pincel que lleva el frasquito, dos rayas de Khol en mis ojos.
La pócima se llama: Las Mil y una Noches... Hay que ver los caprichos del destino...

Ahora, mis ojos brillan en esta noche fría y lluviosa enmarcados en Khol...

Así brilla mi corazón, recordando todo lo que he recibido de esas gentes de Al-Jadida; de Ahmed, el viejo guardián del Puerto; de Rachid, su ayudante; de Mohamed, el jefe de policía; de los "Nueve Delfines", los pescadores amigos de Ahmed...
Ellos estarán ahora en su café favorito, charlando, degustando un té, bajo la bóveda impresionante de estrellas de la marina noche marroquí , mientras yo escribo al calor de la chimenea de casa que chisporrotea alegre y sé que también me han hecho un hueco en su corazón, porque cuando me entregaron solemnemente la cajita de Khol al despedirse de mi la otra mañana, todo eran abrazos y sonrisas.
Les prometí volver con los míos a su pequeño puerto ,a su fortaleza portuguesa, a su playa de arena sahariana, a su arrecife de coral; en definitiva, al calor de esas gentes que en estos pasados días tanto se han desvivido por mí.
El Amor...siempre...trasciende y la cajita de Khol está llena de él. Además, pende de mi cuello un amuleto tuareg. Es una especie de brújula que los caballeros del desierto utilizan para encontrar el rumbo dirigiéndola a las estrellas. Para ellos significa que así, no perderé mi camino...que siempre sabré cúal es el camino correcto a seguir...Ufffff...

-Alá te guarda en sus brazos, Capitana y te ha traído hasta aquí, decía Ahmed la otra mañana.
Yo, embargada por las emociones, luchando contra el cansancio de los últimos días a bordo del Check-Mate, el velero en el que llegué a Al-Jadida, sonreía cuando vi el nombre del Khol:Las Mil y una Noches... Él no sabía lo que aquello significaba para mí, y cuaado las lágrimas empezaron a resbalar por mis mejillas, me miró muy serio y me dijo:
-Eres una mujer fuerte. Sabrás encontrar el camino de tu corazón, como has encontrado en camino a Al Jadida...
Un hombre sabio, Ahmed, curtido por muchos mares y muchos vientos...

La Cajita de Khol...